Dada su conocida resistencia al calor y al fuego, el amianto también posee una resistencia natural a los químicos lo que hace que su uso como material haya sido común en plantas y laboratorios químicos. Además, el uso del amianto como capa protectora minimiza las posibilidades de que se produzca una reacción química no pretendida. Como en otras industrias, el amianto se utilizó en las plantas químicas para crear un entorno laboral más seguro. Algunos de los usos industriales de este material en este sector fueron como protector en las prendas de trabajo, de los bancos y mesas de trabajo. Sin embargo, cuando se empezó a regular el uso de este material, la gente rápidamente empezó a reconocer sus peligros.

Aunque es un aislante efectivo contra el calor, el fuego y los agentes químicos, el amianto posee un riesgo significado cuando se fragmenta pues esto permite que entre en el cuerpo y que cause múltiples problemas de salud, como es la asbestosis y el mesotelioma. Además, estas plantas frecuentemente utilizaron el crisolito que es la variedad más peligrosa. Es paradójico que aun cuando el público en general empezaba a conocer los riesgos de este material, las empresas insistían en que esta forma de amianto era segura.

Dado el largo periodo de latencia del mesotelioma, los primeros trabajadores de las plantas químicas empezarán ahora a mostrar los primeros síntomas de la enfermedad.